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domingo, 3 de junio de 2012

Solo Dios nos protege

“Aquí no se vive, se sobrevive”

Cada 30 minutos muere un venezolano y otro es secuestrado cada ocho horas, según datos de organismos no gubernamentales. Y detrás de cada cifra,  hay una historia, un drama, una víctima…“Aquí secuestran a la gente por un blackberry el secuestro exprés es ya común, y no es como antes que te robaban y listo. Ahora uno dice ‘qué suerte tuve, no me pegaron un tiro’”, Para muchos, la percepción de inseguridad es aún más nociva que el tiro o el ‘malandro’ que acecha en la calle.“Epidemia” que se ha desbordado en el país. Hoy me levante pensando como  manifestar el sentir de un comerciante y como nos cambio la vida el tener un negocio y trabajar 20 años y hoy en día vivir con miedo de que te robe y no solo el robo que te maten y por instante pensar si cierro que podre hacer guaooo cuantos  comerciante no les pasara esto vivimos con el miedo de perder la vida. pensar estamos acorralados entre que me expropien me roban o seré extorsionados por lo mismo organismo que su deber es cuidarnos eso nos ha pasado a nosotras trabajamos con mucho esfuerzo luchando día a día sin un día descanso para poder vivir bien. Que fuerte y triste saber que Venezuela estamos viviendo así,  nuestra sociedad, problemas que se han generado por falta de oportunidades y pérdida de valores morales.

Lo peor es que parece que nos estamos acostumbrando a convivir con la violencia y con la muerte, y hasta consideramos un tremendo alivio y hasta una bendición  ser atracados,  robados o secuestrados si del hecho salimos con vida.  Los poderosos, sin embargo, aumentan el número de guardaespaldas, policías, soldados y cuerpos de seguridad  para proteger sus pertenencias, su vida y las de los suyos. A ellos, la inseguridad no les toca ni puede alcanzarlos y, en consecuencia, no les preocupa de verdad y hasta tienen el cinismo de afirmar que la violencia y la inseguridad son confabulaciones mediáticas. Todos los demás, los ciudadanos de a pié, ese pueblo tan aclamado en los discursos, quedamos a la intemperie, ligando a la buena suerte, pues hoy, en esta Venezuela que supuestamente está acabando con los vicios del pasado y está construyendo un mundo más digno y equitativo, ser o no robado, atracado o asesinado es tan sólo cuestión de suerte.


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